Arquitectura, música, pintura, escultura, entre otras manifestaciones de la humanidad son reflejo de un pueblo, de su cultura, sus valores, sus intereses y la forma de percibir la vida misma desde la perspectiva individual y como ente que busca a su vez formar parte de un todo en un tiempo determinado.
Con la poesía sucede lo mismo, podemos encontrarla, por ejemplo, en 150 caracteres y tal vez pase desapercibida porque no rompemos los paradigmas de preceptiva literaria e ignoramos que, sin métrica alguna y pureza en el lenguaje, esos caracteres pueden transportarnos a momentos de reflexión, de añoranza, de sensibilidad, a recordar un amor o simplemente a compartir lo que percibimos ante una situación o hecho. Su lenguaje es cada vez más simple y sin complicaciones igual como tal vez se busque que sea la vida. Si es leída o escuchada, eso es lo de menos, lo que importa es que se sienta y te deje una sensación grata, un momento inolvidable o una idea para pensar.
Saludos
Lety Pérez